Nace en San Cristóbal, Medellin – Antioquia el 24 de octubre de 1836, en el seno de una familia profundamente católica, conformada por Don Lucio Upegui Arango y María Jesús Moreno Velásquez, sus padres, y Vicente Nicanor su hermano. A pocas horas de nacida quedo huérfana y al cuidado de su familia paterna; su temprana orfandad marcaría el camino, que en su vida adulta, se trazaría en favor de los más necesitados.
Su infancia transcurrió en el sitio de Aná (hoy barrio Robledo), en donde alternaba sus labores en el hogar, ayudando a su madrasta Mariana Echavarría y como costurera, oficio que luego le sería de gran utilidad en la misión del Orfanato y de la Casa de Enajenados, y ayudando en la iglesia de San Ciro de Aná hoy Parroquia de Nuestra Señora de Dolores en Robledo (Medellín, Antioquia). A muy corta edad comenzó a socorrer a los más pobres y a brindarles su ayuda, aliviándolos espiritual y corporalmente, preparaba a los más jóvenes para que recibieran en el seno de sus corazones a Cristo, cumplió con sus deberes de buena católica, asistiendo al templo, comulgando, dando limosna a los menos favorecidos y acompañando a llevar la comunión general el último día del mes.
En 1856 comenzó su voluntariado con la Asociación del Sagrado Corazón, en el Hospital San Juan de Dios, también conocido como Hospital de Caridad; ella fue una enfermera, un bálsamo en la enfermedad, una ayuda espiritual para aquellos desgraciados que yacían enfermos en el Hospital. Con esta obra siguieron creciendo en ella, “La Dama de la Caridad”, los deseos de seguir ayudando a los menos favorecidos. Fue así como en 1873 instituyó en compañía de otras almas caritativas el asilo que albergó a indigentes y enfermos. En 1875 fundó la Casa de Enajenados y en 1877 la Casa de Huérfanos. De estas dos últimas no sólo fue su fundadora, sino su impulsora y fue para estos pobres desgraciados maestra, enfermera, Madre, consejera, cocinera, abogada y defensora.