Clausura del proceso diocesano de beatificación y canonización de María Jesús Upegui Moreno, Sierva de Dios.
ADORACIÓN Y CARIDAD
El pasado 2 de agosto, en un sobrio y significativo acto, tuvo lugar en la Curia Arzobispal la clausura de la investigación sobre la vida, las virtudes, la fama de santidad y los signos de la Sierva de Dios María Jesús Upegui Moreno. En 1994, Mons. Héctor Rueda Hernández había nombrado una comisión histórica y otra teológica para realizar los estudios preliminares, que concluyeron positivamente. El 29 de mayo de 2000, Mons. Alberto Giraldo Jaramillo pidió el “Dictisrato” para la Causa de los Santos el Nihil Obstat para iniciar el proceso diocesano, que le fue concedido tres meses después.
Varias dificultades retrasaron y finalmente detuvieron el procedimiento hasta el 1 de octubre de 2019, cuando, a petición de las Siervas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, Congregación fundada por la Madre María Jesús, constituyó una nueva comisión de peritos para emitir un juicio conclusivo acerca de la causa, a partir de investigaciones posteriores. Después de recibir una amplia documentación y un parecer favorable, fue celebrada en el centenario de su muerte, el 7 de julio de 2021, el apertura de la fase diocesana del proceso, que ahora ha concluido.
Seguirá el estudio de los Actos por parte de la Santa Sede. Mientras tanto, nosotros debemos agradecer a Dios esta mujer admirable, profundamente vinculada a Medellín desde su nacimiento en 1836 hasta su muerte en 1921. Aunque no es suficientemente conocida, en nuestro medio, la vida y el testimonio de María Jesús Upegui es preciso afirmar que son muy significativos por su admirable unión con el Señor, la eficacia de su existencia, su personalidad y su bondad extraordinarias y su irradiación espiritual en un contexto lleno de tensiones y carencias.
Renunció a todo y hasta a sí misma para vivir la caridad. No se sabe con exactitud el tiempo para ser catalogada como una colaboradora de otros apostolados parroquiales, pero las Siervas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, carisma que la absorbió y la llevó a vivir una profunda espiritualidad, orientaron su vida hacia el Señor Jesús en la oración y en el trabajo. Sabía que tenía que seguir sirviendo a los pobres y abandonados, especialmente a los marginados y alienados mentales a quienes dedicó veinte años de su vida, los enfermos y ancianos que viven solos. Se multiplicaba para atenderlos, para encontrar solución a sus necesidades. No escribía, no cuenta sus experiencias, no marca sus fundaciones con su nombre. Simplemente vive, ora y sirve. Después de cien años de su muerte, observamos el silencio y la caridad de María Jesús Upegui.
Su servicio a los pobres, en tantas formas e iniciativas, no fue simple acción social en la mera filantropía, todo brota de su encuentro con Dios que la llama. Entonces, contemplar y adorar al Señor en el Santísimo Sacramento lleva a una vida entregada a Dios, para llevar a Dios. Dios la llama a una vida interior como la de Cristo, en medio del trabajo abnegado por los hermanos. Desde ese amor al Señor Jesús fue siempre una necesidad hacerse toda para todos en la Eucaristía, especialmente en el Sacramento de la Reconciliación, signo y don del perdón de Dios en Jesucristo. Era una mujer mística y como San Andrés damos su Hijo y con ello su vida y hasta el extremo de dar su vida por nosotros.
La Misa no le era suficiente, pues no quería contemplar, para ella, todo lo que tiene que hablar con su Señor y que los demás deben saber. La oración y el trabajo formaban parte de su vida, contemplar y adorar en su trabajo se le hacía posible. Sabía que la vocación a la vida interior y el trabajo por los demás iban de la mano en el silencio del amor.
A María Jesús Upegui le estrecha su sentimiento de que algo le falta y lo que Dios le ha llamado a vivir a fondo, lo ve como la revelación y la solicitud que siempre se han considerado necesarias para los hermanos, para los más pobres, para los marginados, para los alienados mentales. María Jesús se entregó a ellos hasta el final con una caridad muy profunda que la llevó a transformar los corazones más endurecidos. Entonces, podemos decir que se trata de una mujer admirable, que vivió su vida bajo la luz de Dios y Dios está en ella.
Firma:
+ Ricardo Tobón Restrepo
Arzobispo de Medellín
ACTO DE CLAUSURA DEL PROCESO DIOCESANO DE LA CAUSA DE CANONIZACIÓN DE LA SIERVA DE DIOS MADRE MARÍA JESÚS UPEGUI MORENO
En una sencilla y emotiva ceremonia se clausuró, el pasado 2 de agosto, en el auditorio de la Curia arquidiocesana, la fase diocesana del proceso de beatificación y canonización de la Sierva de Dios María Jesús Upegui Moreno, medellinense, fundadora de la congregación Siervas del Santísimo y la Caridad y tía de santa Laura Montoya.
Con la firma de las actas por parte del obispo diocesano, de los miembros del tribunal para la causa, del gobierno de la congregación religiosa, y el sello del trasunto y la documentación reunida, se cierra esta fase del proceso.
Ahora los documentos serán llevados a Roma al Dicasterio de las Causas de los Santos para su estudio y la continuidad del proceso.
Nos unimos en oración para que pronto podamos ver, si la Santa Madre Iglesia así lo dictamina, a esta gran mujer medellinense elevada al honor de los altares.